Hace ya algunas décadas, Rubén Blades y Willy Colón extrajeron de la realidad cotidiana un personaje, lo bautizaron Pedro Navaja, crearon una historia y le pusieron música a una sentencia que, por otra parte, cualquier persona estaría en condiciones de afirmar.
“La vida te da sorpresas”, le cantaron a aquel ladrón de poca monta que habitaba unos de los tantos submundos latinoamericanos.
En su caso, la frase encerraba una denuncia y un drama, pero por fortuna no siempre es así.
La existencia también da sorpresas agradables, o mezcla unas y otras sin llegar a finales trágicos..